-Hoy se celebra a nivel internacional a los periodistas, personas que dedican sus vidas a informar sobre el acontecer diario, realizando una función social imprescindible para la sociedad contemporánea.
El Día Internacional del Periodista se instituyó en memoria del valor de un hombre que se dedicó hasta la muerte a informar, sin temer a los riesgos que esto conllevaría. Hablamos del escritor y periodista checo de origen judío, Julius Fucik, quien fue víctima de las atrocidades del nazismo y murió tras ser torturado un día como hoy pero de 1943.
Fucik nació en el seno de una familia de clase trabajadora, en enero de 1903, en Praga. Estudió filosofía en la Universidad de Pilsen. Concluidos sus estudios se unió a las filas del Partido Comunista y comenzó a desempeñarse como crítico literario y de teatro.
Posteriormente trabajó como redactor en publicaciones comunistas, como Rude Pravo y Tvorba, en las que realizó reportajes que abordaban temas sociales. En los años en que la Alemania nazi ocupó Checoslovaquia Fuick se dedicó a escribir ensayos acerca de las personalidades de la política demócrata en Checoslovaquia; esto provocó que la Gestapo lo detuviera en abril de 1942 para ser ejecutado el 8 de septiembre del siguiente año.
Julius Fucik. (www.dosmilonceretos.blogspot.com)
Reportaje al pie de la horca
Julius Fucik es reconocido por escribir durante su estancia en la cárcel Pankrác, desde abril de 1942 hasta antes del momento de su muerte, un reportaje titulado Reportaje al pie de la horca, que describía lo que sucedía antes de su condena a muerte y demandaba las terribles acciones del gobierno nazista.
Cada pieza de este escrito fue extraído de la cárcel, lográndose su recopilación y publicación en 1945. El impacto de este reportaje fue tal que se tradujo a más de 80 idiomas y en 1950, en homenaje póstumo, hizo a Julius Fucik acreedor al Premio Internacional de la Paz.
Día Internacional del Periodista
Desde 1968 la Organización Internacional de Periodistas instituyó el 8 de septiembre como el Día del Periodista, en honor a la lucha antinazista de Julius Fucik. Su dedicación a la labor periodística y a la denuncia en favor de la sociedad es un ejemplo para los periodistas de todas las generaciones.
“…No, no temáis. No hablaré. Confiad en mí. Después de todo, mi fin ya no puede estar lejano. Esto ahora es solo un sueño, una pesadilla febril: los golpes llueven, los esbirros me refrescan con agua. Y nuevos golpes. Y otra vez: ¡Habla! ¡Habla! ¡Habla! Pero aún no consigo morir”.
Con información de Gerardo Albarrán. saladeprensa