En voz alta

Por: Gerardo Viloria
En reconocimiento a mis colegas, mujeres y hombres
quienes a través del micrófono nos brindan un espectro
más amplio de vida
Gerardo Viloria
En el río innumerable de los años, el pasado viernes 14 se celebró en nuestro país el Día del Locutor.
Esta fecha fue instituida en 1957 por FRANCISCO NERI CANO. En la década de los sesenta, el entonces presidente ADOLFO LÓPEZ MATEOS la estableció oficialmente como festividad nacional para reconocer la noble actividad y compromiso con la sociedad de estos entes quienes con su voz -como instrumento principal- día y noche amenizan, suavizan, informan y entretienen.
Al aprisionar la sinfonía que une pensamiento y voz, misma que al producir una conexión provoca una serie de emociones que han sido calificadas como mágicas, tanto por receptores como por emisores, los locutores se convierten en alquimistas del micrófono.
Bajo esta perspectiva, el locutor se transforma en innumerables casos, en gestor, terapeuta, escucha, amigo entrañable, lidiador de querellas e incluso confesor del radioescucha, quien además recibe del emisor de alocuciones verbales de la radio y la televisión, formas de vida, principios y valores, pero, sobre todo, el locutor forma, forja y enriquece la cultura e idiosincrasia de su audiencia.
A través de los años y gracias al alcance de los medios de comunicación se han diversificado y segmentado locutores y audiencias, se han generado corrientes de entrenamiento, opinión, debate, reflexión de ideas que orientan el sentir y actuar de nuestra población.
Como en ninguna otra época de nuestra historia- estos profesionales de la comunicación, juegan un papel estratégico y determinante en los procesos de interacción humana a escala global.
En este contexto, el viernes pasado, en un encuentro grato, emotivo y lleno de alegría, a mujeres y hombres del micrófono, a los conductores de la radio y televisión que cumplieron 25 y 50 años, nuestra admirada presidente de la Asociación Nacional de Locutores de México, A.C., ROSALIA BUAUN SANCHEZ, en reconocimiento a la trayectoria de cada uno de ellos, hizo entrega de la presea “LUIS M. FARIAS”.
En este trascendental evento donde quienes con la voz comunicamos y tocamos el alma, tuve el privilegio de ser galardonado y estar acompañado de mi entrañable amigo, ERNESTO RODRIGUEZ GONZALEZ.

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