En voz alta

Por: Gerardo Viloria
La semana pasada, en este mismo sitio, manifestábamos nuestras dudas sobre si en realidad había cambiado de actitud el presidente FELIPE CALDERON, respecto al priismo ya que parecía que ponía “miel sobre hojuelas” en el camino de la transición al presidente electo ENRIQUE PEÑA NIETO.
Hoy, transcurriendo unos días, nuestra desconfianza se ve acrecentada. Analicemos por qué.
Resulta que el Presidente FELIPE CALDERON, que está a punto de salir ha enviado dos iniciativas preferentes al Congreso, iniciativas que pueden determinar, en mucho, el destino del Presidente electo ENRIQUE PEÑA NIETO.
Hay tres elementos en esta rareza política. Primero, un Ejecutivo que ya se va, cuyo partido perdió la elección, pero está definiendo la agenda legislativa del país a unos cuantos días de dejar el poder.
Segundo, una nueva Legislatura que apenas está tomando posesión, que ni siquiera ha conformado las comisiones legislativas, pero que a partir del día 1º de septiembre tiene 30 días naturales para dictaminar y votar dos reformas enviadas por FELIPE CALDERON quien está a punto de dejar la titularidad del Poder Ejecutivo.
Tercero, hay un nuevo Presidente que no ha tomado posesión por lo que no ha recibido formalmente el poder para negociar cara a cara con la oposición en el Congreso ya en funciones.
Así pues, nos queda claro que el presidente FELIPE CALDERÓN, al haber enviado una nueva reforma en materia laboral, está poniendo a prueba al presidente electo PEÑA NIETO, con la finalidad de propinarle un duro golpe aun antes de tomar posesión.
¿Por qué? Recordemos la historia de la reforma laboral. El año pasado, el PAN presentó una iniciativa muy amplia para reformar la Ley Federal del Trabajo. El PRI, por su parte, presentó una alternativa menos ambiciosa, anunciando que la del gobierno panista no pasaría.
El PAN luego anunció que estaba dispuesto a apoyar la iniciativa del PRI, sin embargo, los priistas  rechazaron la oferta.
Aprovechándose de ello, los panistas: evidenciaron que el Revolucionario Institucional, por más que diga que está a favor de reformas modernizadoras, a la hora de la verdad no las apoya.
El PRI ganó las elecciones y ahora será gobierno. CALDERON, trata de evidenciar si ENRIQUE PEÑA tiene el poder y la voluntad para llevar a cabo, lo que los panistas llaman una agenda modernizadora.

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