Ahmadineyad se muestra desafiante al capitalismo desde Asamblea de la ONU.

NACIONES UNIDAS – El iraní Mahmud Ahmadineyad apostó hoy por usar un tono más comedido en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, donde denunció la intimidación sobre su país de las potencias occidentales e Israel por su programa nuclear, pero dejó a un lado el desafío y la provocación de otras ocasiones.
«El unilateralismo, la aplicación de dobles estándares y la imposición de guerras, inestabilidad y ocupaciones para garantizar intereses económicos (…) se han hecho predominantes», dijo en Naciones Unidas Ahmadineyad, en una intervención llena de referencias religiosas y clamores por un futuro mejor para la humanidad.

El mandatario erigió a Irán como una de las naciones que desafían la hegemonía occidental en el mundo y aseguró que por ello recibe presiones y amenazas para dejar a un lado un programa nuclear por el que pasó de puntillas ante el plenario de la ONU y del que después, en una conferencia de prensa, defendió su objetivo pacífico.

Lamentó precisamente las «continuas amenazas de recurrir a una acción militar» que su país recibe de los «sionistas incivilizados», pero en esta ocasión se ahorró las declaraciones de otras intervenciones en las que puso en duda el derecho de Israel a existir o la existencia del Holocausto.

Sí incluyó referencias a los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos y aseguró que ese país debería haber explicado al público «la verdad detrás del incidente» en lugar de «matar y lanzar al culpable al mar sin un juicio», en referencia al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.

Aparte de ello y de denunciar que el orden mundial impuesto por Occidente ya no funciona debido a «la gestión errónea de los autoproclamados centros de poder que se han entregado al demonio», apostó para su último discurso como presidente ante la Asamblea General por tirar de filosofía, poesía y religión.

Muestra de ello es que defendiera que la paz y la justicia sean accesibles para todos el día en que llegue a la Tierra un «salvador supremo», y que pidiera que el mundo «una sus manos» para esperar su llegada y marchar «por el camino de la salvación».

En cualquier caso, su discurso, que es su último en Naciones Unidas, fue boicoteado por Estados Unidos, Israel y Canadá, que no estuvieron presentes mientras habló y se encontró con protestas en el exterior de la ONU, pero otros países occidentales que en anteriores ocasiones abandonaron la sala ante sus palabras se mantuvieron en sus asientos.

Ya fuera de Naciones Unidas, en una conferencia de prensa, Ahmadineyad se expresó en términos similares y rompió varias lanzas a favor de la paz y el diálogo, incluso con Estados Unidos: «Nosotros siempre estamos preparados para dialogar», subrayó, pese a defender que, si no ha habido avances en las conversaciones nucleares, ha sido por «la falta de deseo» de alguna de las partes.

Sí acusó a Estados Unidos de fracasar a la hora de reconocer «la legitimidad» de la revolución iraní de hace 30 años, motivo que ha llevado a todas las administraciones estadounidenses ha enfrentarse a Irán en lugar de dialogar, subrayó.

La fuerza de sus respuestas estuvo encaminada a demostrar que Irán es ahora un país menos aislado, que debe jugar un papel destacado en crisis como la de Siria y cuya economía «va mejor que la europea y la estadounidense» pese a las sanciones impuestas.

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han endurecido las sanciones a Irán, en especial en materia petrolera y bancaria, para obligarle a abandonar su programa nuclear, mientras la ONU le ha pedido repetidamente que colabore activamente con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

«Es curioso que la Unión Europea nos imponga sanciones cuando está al borde del colapso», razonó Ahmadineyad, que aseguró que Irán necesita tener un programa nuclear avanzado para lograr materiales médicos para sus ciudadanos.

Como muestra de su liderazgo, expuso las iniciativas que quiere llevar a cabo dentro del Movimiento de Países No Alineados (MPNA o Noal), con los que quiere crear un instituto de opinión para lanzar ideas comunes en cuanto a la reforma de la ONU.

Sobre la crisis siria, el líder iraní negó categóricamente que la inteligencia de su país esté colaborando con el régimen de Bachar al Asad, descartó una intervención armada y defendió el diálogo entre las partes, al tiempo que anunció la creación de un Grupo de Contacto para Siria, con la presencia de la Liga Árabe, el MPNA y otros países como Turquía.

El tono de Irán hace un año fue muy diferente e incluso el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llegó a amonestarle por poner en duda durante su intervención el Holocausto y las circunstancias de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.


Fuente: univision, YouTube

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