AMLO repite la película del 2006 y cercena su futuro

@josegmunoz

 

Llega finalmente el 1 de diciembre y Enrique Peña Nieto asumirá como titular del Poder Ejecutivo federal de 21012 a 21018, como resultado del veredicto ciudadano emitido el 1 de julio, fecha en que los mexicanos en edad de votar acudieron a las urnas en una marca histórica (62 por ciento del padrón). Esa fue, si acaso, una de las pocas sorpresas que arrojó esta gesta cívica, pues, gran parte de la sociedad tenía la certeza de que obtendría el primer lugar el candidato de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, quien, al finalizar el conteo, obtuvo cerca de 19 millones de votos, más de tres millones que su más cercano competidor, Andrés Manuel López Obrador. .

 

Hechos sin aclarar debidamente fueron la abismal diferencia entre lo que pronosticaron las encuestas –especialmente Gea-Isa, la que hizo realizó una medición diaria durante los 90 días que duraron las campañas- de hasta 10 puntos en promedio, aunque ninguna falló en el lugar que quedaron en el conteo final de la votación: primer lugar, con 99.5% del total de casillas computadas, Enrique Peña Nieto, con 19 millones 45 mil 980 votos frente a 15 millones 714 mil 261 (31.5% del total) obtenidos por el candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista (PRD, PT, Movimiento Ciudadano), Andrés Manuel López Obrador. Le siguió Josefina Vázquez Mota y el cuarto lugar fue Gabriel Quadri de la Torre, del Panal, con votos suficientes para conservar su registro.

 

Lo que no constituyó sorpresa alguna fue el desconocimiento de los resultados dados a conocer por el IFE por parte de Andrés Manuel López Obrador, quien volvió a sostener que el conteo se hizo a modo para favorecer a EPN, por lo que pidió, como hace seis años, recuento de voto por voto y casilla por casilla, “para limpiar el cochinero” que fue la elección. El IFE logró (el Consejo General, en combinación con los consejos distritales ordenar el recuento en 54 por ciento de las casillas y de esos hechos, hubo otra sorpresa: el recuento favoreció a EPN con una cantidad cercana a los 30 mil sufragios.

 

Una vez confirmada la tendencia que favorecía a Peña Nieto, AMLO y su equipo apelaron los resultados ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para insistir en que se abrieran todos los paquetes electorales, aunque luego cambió su exigencia: montó un espectáculo sui géneris para “demostrar” la compra de más de cinco millones de votos por parte del equipo de Peña Nieto –La “mafia”, dice”–, pero sin validez legal: exhibió tarjetas llamadas monederos electrónicos de la cadena de tiendas Soriana, camisetas con logos del PRI, llaveros, animales de granja (que luego el PRI los ridiculizó llamándolos parte del “Arca de Noé”), lo que no conmovió a los jueces electorales para anular la elección.

 

En cuanto a la actitud del candidato de las izquierdas, hubo inercias y novedades: la película que está repitiendo es el pregón del fraude, con actos espectaculares. El y su equipo mostraron 3,500 tarjetas de débito para canjear en cualquiera de los supermercados Soriana, con las que, afirma, el PRI compró votos y en las que se invirtieron, según él, mil ochocientos millones de pesos. Afirma él y su equipo que las tarjetas se las hicieron llegar los votantes “comprados” que se arrepintieron. Esto fue calificado por el Partido Revolucionario Institucional como un montaje teatral y advirtió que pedirá la intervención de la Procuraduría General de la República para que se aclare.

 

Como se recordará, hace seis años se exhibieron miles de “boletas electorales” ante los medios de comunicación, pero jamás llegaron a juzgado alguno. Las boletas electorales, como se sabe, cuentan con candados y marcas ocultas que las hace infalsificables. Se haber llegado a los tribunales, podría haberse verificado su autenticidad. Curiosamente, siendo la compra de voto un delito federal que se castiga con cárcel, la coalición Movimiento Progresista presentó sus denuncias ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade), pero más como un trámite más para “probar” que la Fepade forma parte de la conspiración en su contra que con la certeza de estar realizando un trámite legal para su causa.

 

Las actitudes de AMLO y sus partidos entre 2006 y 2012 guardan similitud. En ambos casos amagaron con desbarrancar la gobernabilidad del país, aunque se han cuidado muy bien de declarar que so movimiento es de “Resistencia Civil pacífica”. Que consiste en poner a las fuerzas de seguridad al límite para provocar represión o incluso, lograr, como en San Salvador Atenco, Estado de México o Ayotzinapa, Guerrero, un muerto para la tribuna . Incluso, los consejeros del IFE advirtieron a los representantes de los partidos de izquierda que no se aceptaban presiones ni chantajes.

 

La diferencia, es que ahora no se ha tomado el Paseo de la Reforma que le costó hace seis años a la coalición “de izquierda” la pérdida de credibilidad y las movilizaciones actuales no han tenido el impacto de crear terror ni zozobra generalizados.

 

Como AMLO y su equipo no lograron conmover a los magistrados del TEPJF para que aplicaran “criterios políticos” (extrajurídicos) en sus veredictos, la lógica del Movimiento Progresista es llenar el expediente con las expectativas de sus actitudes ante su clientela electoral, que son las movilizaciones para “evidenciar” el fraude del 1 de julio. Enrique Peña Nieto asumirá la Presidencia de la República el 1 de diciembre y el obradorismo no rumiará su derrota, no por lo menos con la intensidad que lo hizo en 2006, porque estará ocupado en que Morena se constituya en la primera minoría de los partidos de izquierda para imponer candidato único –obviamente a AMLO– y su candidatura sea viable de ganar en 2018.

 

Su lógica es la movilización callejera. Esa es su apuesta y eso hay que comprenderlo, sin anatemas, pero también él debe entender que esa estrategia sólo lo confirma como líder de una fracción de la izquierda, porque hay otras izquierdas que buscan sus nichos de mercado político en ciudadanos que no gustan del comportamiento rijoso, por que lo deberá asumir los costos de su conducta, porque lo que en realidad hace es cercenar las posibilidades de triunfo en 2018

 

 

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