Agustín Carstens, cabeza del Banco de México

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MÉXICO, D.F. El pasado 9 de septiembre el presidente Enrique Peña Nieto propuso al Senado ratificar a Carstens como gobernador del Banco de México, y el día de hoy el Senado de México ratificó hoy el nombramiento de Agustín Carstens al frente de la Junta de Gobierno del Banco de México para un nuevo periodo de seis años, del 1 de enero de 2016 al 31 de diciembre de 2021, informó el órgano legislativo.

Luego de la aprobación el dictamen enviado por la Comisión de Hacienda y Crédito Público por 84 votos en favor, 16 en contra y tres abstenciones, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Roberto Gil, tomó la protesta de ley al gobernador del banco central y le deseó éxito en su encargo.

Al fundamentar el dictamen, el presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, José Francisco Yunes, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), señaló que se valoró el perfil académico y la trayectoria en el sistema financiero nacional e internacional del doctor en economía.

Para su nombramiento, dijo, se ponderaron los momentos, la presión financiera por el entorno internacional, el desempeño de países con economía de tamaño similar a la de México, y particularmente la posibilidad de volatilidad en el mercado de divisas, con respecto a la apreciación permanente del dólar.

En nombre de la bancada del conservador Partido Acción Nacional (PAN), el senador Jorge Luis Lavalle expresó su respaldo al dictamen que ratifica al economista para un nuevo periodo de seis años al frente del banco, pues Carstens se ha conducido con transparencia y con decisiones acordes a los desafíos económicos internacionales.

Dijo que si bien el desempeño de la economía no es satisfactorio, el ejercicio de instituto emisor ha sido el adecuado porque ha sorteado de manera equilibrada las dificultades económicas que ha enfrentado México, principalmente en los últimos meses.

Al expresar el voto en contra del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Benjamín Robles precisó que su negativa no es una cuestión personal, de capacidad o de cualidades, sino que se basa en los errores que se han cometido durante los últimos tres años en materia económica.

Indicó que “desde la cabeza de Banco de México y, en colusión con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se orquesta de manera deliberada una política monetaria recesiva para el mercado interno, a favor de tener cuantiosas cantidades de divisas para oxigenar los requerimientos de liquidez de banqueros y empresas internacionales”.

A su vez, Manuel Bartlett, del también izquierdista Partido del Trabajo, se pronunció en contra al considerar que hay un caos económico, y sostuvo que la venta de reservas por la apreciación del dólar sólo beneficia a los especuladores y con ello se ven reducidas las reservas que provienen del petróleo y la energía.

Dijo que la política del banco central sólo ha generado mayor número de pobres “pues responde a los intereses del Fondo Monetario Internacional, cuyo objetivo es garantizar a los inversionistas trasnacionales las ganancias necesarias a través de la transferencia de recursos”.

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