MÉXICO. La situación laboral para las personas de 40 años en adelante se
ha convertido en un problema social, ya que la experiencia no está por
encima de la juventud.
Los empresarios optan por contratar personas jóvenes que personas
mayores, pareciera que la edad tiene fecha de caducidad para laborar.
Ante tal situación, la diputada Verónica Delgadillo García señaló que
aunque en la Ley General del Impuesto Sobre la Renta se especifica un
estímulo fiscal para empresas que contraten a mayores de 65 años, persiste
la preferencia laboral por personas jóvenes.
Esa situación no sólo afecta a esta población, sino también a quienes tienen
más de 40 años, lamentó la legisladora de Movimiento Ciudadano (MC) por
Jalisco.
Refirió que de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica
Demográfica 2014, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (Inegi) y el Consejo Nacional de Población (Conapo), en el país
hay más de 29 millones de personas en el rango de 40 y 64 años, quienes
representan 24.48 por ciento del total de la población.
El estudio subraya que en México hay una tendencia ligera de
envejecimiento, pues de 2010 a 2014 la cifra de personas de entre 30 y 59
años aumentó de 34 a 36 por ciento, mientras que los adultos mayores de
60 años pasaron de 9.1 a 10.9 por ciento de la población total.
Estos números, subraya Delgadillo García, demuestran que las personas de
40 a 64 años representan un importante sector poblacional, todavía
catalogado en edad económicamente activa, pero “sus servicios muchas
veces no son requeridos, pese a sus grandes demandas de mejora laboral y
exigencias de bienestar y calidad de vida”.
Por ello promueve una iniciativa de reforma a la Ley General del Impuesto
Sobre la Renta para que empresas que contraten a personas mayores
puedan acceder a estímulos fiscales, considerando dos rangos de edades:
entre 40 y 64 años, y el existente en la referida norma, de 65 años y más.
Propuso que los patrones que contraten a personas en el primer rango de
edad sean estimulados fiscalmente con el equivalente a 25 por ciento del
salario que se les paguen. Para quienes empleen a personas mayores a 65
años, plantea elevar el estímulo fiscal de 25 a 50 por ciento de su salario.
Delgadillo García consideró que al llegar a una edad mayor, lo ideal sería
ver reflejado el desempeño laboral en una vida plena y sin preocupaciones
económicas, “pero la situación socioeconómica de nuestro país no ha
podido alcanzar tan anhelado objetivo”.
“El simple hecho de que exista una protección tácita respecto a la igualdad
de derechos y oportunidades de las personas, prohibiendo en todo
momento cualquier tipo de discriminación, incluida la ocasionada en
cuestiones laborales por la edad, corrobora el gran sentir de muchos
mexicanos que se encuentran en una edad donde es casi imposible obtener
algún trabajo”, enfatizó.
En virtud de que cada vez es más común encontrarse con una oferta laboral
con requisitos específicos de edad, Delgadillo destacó la importancia de su
propuesta de modificación a la Ley General del ISR.
Esa decisión iría en armonía con lo planteado para América Latina en la
Segunda Asamblea Mundial de las Naciones Unidas sobre Envejecimiento:
reconocer que “los adultos mayores siguen siendo sujetos con derecho a
participar en actividades económicas”.