El tesoro más grande TECHO Estado de México

LOGOTECHO

Un tesoro, según la Real Academia Española, es una cantidad de dinero, valores u objetos preciosos reunidos que tiene como finalidad servir como depósito de valor económico. El día de hoy les voy a escribir la definición de lo que un tesoro es para mí.

“No me gusta venir a la escuelita porque no me dejan tarea para el próximo sábado, maestro”, estas fueron las palabras que Alexis, un niño de 8 años, me decía cuando se despedía de mí un sábado por la tarde en San Bartolomé, comunidad donde fui voluntario en el plan de educación de TECHO hace un par de años.

Alexis siempre fue un niño que admiré mucho, pero nunca pensé que a sus 8 años tuviera tanto que enseñarme a mí. Un sábado, Alexis me dijo que extendiera mi mano porque iba a darme su tesoro, advirtiéndome que lo cuidara porque era lo único valioso que él tenía, extendí mi mano y Alexis dejó 4 canicas en ella.

Yo creo que hay momentos que te forman y que cambian el sentido de tu vida, cambian la forma de ver algo ordinario o simple; esos pequeños detalles que la vida te va dando. Para mí, el tesoro de Alexis fue uno de esos momentos. Que un niño de 8 años, quien vive en situación de pobreza extrema, me diera, literalmente, todo lo que tenía –4 canicas–; marcó mi vida. Tal vez, algunos sólo lo vean como 4 pedazos esféricos de cristal, pero yo lo veo un poco diferente. Esas 4 canicas me recuerdan que el verdadero tesoro de México es nuestra gente, nuestro pueblo. Es un tesoro que debemos de cuidar, entender y escuchar. Como dijo Frida Kahlo, “si nosotros no somos nuestros colores, aromas, nuestro pueblo, ¿qué somos?, nada.”

Desde ese día, llevo todos los días en mi bolsa 4 canicas, lo cual no me deja olvidar mi tesoro. Es un recordatorio para no olvidar que al salir a la calle tenemos que realizar pequeñas acciones, tan simples u ordinarias, que fomenten una sociedad más justa y sin pobreza. No salir a la calle como un voluntario de TECHO sino salir a la calle como un ciudadano que busque justicia social.

TECHO me ha enseñado a transmitir lo que juntos trabajamos en la comunidad y llevarlo a acciones diarias. Tal vez, algún día dejaré de ser voluntario en TECHO, por causas de fuerza mayor, pero gracias a Alexis nunca voy a olvidar que como profesionista, compañero, amigo o padre voy a llevar siempre ese mensaje.

Escrito por un voluntario del plan de educación en San Bartolomé, Estado de México.

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