Mostrando un insólito interés, más de 80 “ciudadanos preocupados por la democracia y la salvación de la patria”, fue el saldo de aspirantes independientes que acudieron a registrarse y a corregir las omisiones electorales ante el Instituto Nacional Electoral (INE), para contender por la Presidencia de la República en 2018.
De las 86 personas que manifestaron su intención, 48 cumplieron con los requisitos previstos en la convocatoria.
Cabe mencionar que en muchos países del orbe el acceso al poder representativo sólo puede conseguirse a través de un sistema de partidos, condición que clausura la posibilidad de la existencia de candidaturas independientes.
Sin embargo, en México, tal figura jurídica-política se insertó en las leyes electorales federales de los años de 1911, 1916 y 1918.
No obstante, ésta legitimación desapareció por un largo periodo dentro de nuestro sistema forense.
Es a través de la denominada reforma política del año 2012, cuando el 9 de agosto se incorporó en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el derecho de los ciudadanos a ser registrados como candidatos independientes.
Con la finalidad de incluir las candidaturas independientes, tanto para el Distrito Federal como para los Estados de la República, el 18 de septiembre de 2013, el Congreso de la Unión aprobó la enmienda a los artículos 116 y 122 constitucionales.
Lo anterior, revela un mayor nivel o grado de progreso democrático ya que se reconoce constitucionalmente el derecho de los ciudadanos a postularse a cargos de elección popular, en los ámbitos federal y local, de manera independiente de los partidos políticos.
A pesar de ello, esas instituciones políticas continúan siendo cardinales en el sistema político-electoral mexicano.
Pero, dado que los partidos políticos ya no son una opción para muchos mexicanos, en el marco de proceso democratizador de México, las candidaturas independientes están llamadas a crear opciones reales para que los ciudadanos puedan influir en el poder político.
Sobre ésta oferta política –desvinculada a filiación partidista- respecto a la cual se deberán pronunciar los electores, es relevante comentar que de los 48 ciudadanos que han sido calificados de procedentes, los mismos carecen de perdurabilidad y, en su mayoría son personas con todo tipo de actividades laborales, desconocidas en el ámbito público.
Son avecindados que incursionaron en esta andanza política sin haber tenido antes reflectores ni disponer de una estrategia de mercadotecnia.
En la lista final sólo hay siete mujeres, pero con excepción de MARGARITA ZAVALA y MARIA DE JESUS PATRICIO MARTINEZ, Marichuy, las demás tienen escasa o nula trascendencia en los medios de comunicación.
Dentro de todos los pretendientes, quizá tan sólo cinco, lograrán franquear las barreras impuestas por el INE.
Nuestra legislación electoral establece que hayan conformado una asociación civil con registro ante el Servicio de Administración Tributaria y que tengan una cuenta bancaria, con la que administrará sus recursos, y un representante legal, que también fungirá como administrador.
Por otra parte, la Constitución dispone que cada aspirante que aguarde lograr la candidatura independiente, deberá recolectar casi 867 mil firmas de apoyo en 17 entidades federativas.
El pasado 16 de octubre dio inicio la acción de recabar el apoyo ciudadano, la fecha límite será el próximo 12 de febrero.
Si bien es cierto que el INE facilitó una aplicación móvil para hacer menos dificultoso este trámite, a pesar de ello, la tarea de acopio en 17 estados del país, es una traba muy severa.
Para visualizarlo mejor: las más de 866 mil firmas que deberá acreditar MARGARITA ZAVALA, para poder lograr estar en las boletas electorales de 2018, representan casi 2.5 veces la militancia total del blanquiazul, que actualmente es de 378 mil 838.
El volumen de rúbricas a reunir, así como el número de aspirantes independientes es muy elevado,
Resulta oportuno reseñar que, si bien, ahora más que nunca, las candidaturas independientes son una necesidad en México para generar un escenario político con mayores elementos democráticos, al evitar se fortalezca un sistema cerrado de partidos políticos y que, además, puedan servir de paliativo en contra del ausentismo en las urnas; lo cierto es que hoy, muchas de ellas, son eco de un interés de naturaleza personal, grupal o de poderes fácticos.
Al respecto, es de llamar la atención el comentario realizado por el destacado periodista RAFAEL CARDONA, sobre el mensaje de MARGARITA ZAVALA, emitido el día que acudió a registrarse como aspirante presidencial “independiente” en el INE
Expresa CARDONA: “Leyó un emocionado discurso en el cual –por ignorancia o por proyección subconsciente–, se definió en su actitud hacia el futuro, con el himno de la falange franquista”.
Agrega: “…si bien el alambicado discurso de su lanzamiento como candidata independiente tiene muchas fallas, la principal es haber señalado como rumbo y símbolo de destino, marchar “de cara al sol”.
“Si la señora no sabe el contenido histórico de esa frase, peca de ignorante. Si lo sabe y lo proclama, se define como heredera de un pensamiento radical de derecha”.
Acentúa: “Pero el discurso fue también una prolongada queja por la forma como el Partido Acción Nacional la trató”.
Por lo anteriormente descrito, podemos concluir que esta ocasión, donde por primera vez, ciudadanos sin la propuesta de partidos políticos, se promueven o los impulsan para contender por la Presidencia de la República, han convertido las “candidaturas independientes” en una auténtica caricatura.