Parque Eólico en Oaxaca, amenaza con la extinción de los pueblos originarios ikojts-huaves.

Isla Pueblo Viejo, San Dionisio del Mar, Istmo de Tehuantepec, Oax.- La empresa española Preneal, junto con sus filiales Energía Eólica Mareña y Energía Alterna Istmeña, construirá en este pueblo ikojts el Parque Eólico San Dionisio, el mayor de América Latina y el segundo más grande del mundo, sin mediar alguna consulta y sin importar las afectaciones a la pesca, la fuente de vida de los lugareños, así como la biodiversidad y a sus ancestrales centros ceremoniales.

La compañía ibérica, con la complicidad de funcionarios de la Procuraduría Agraria y de la entonces Secretaria de Desarrollo Industrial y Comercial del gobierno estatal, hizo firmar el 8 de noviembre del 2004 un contrato al presidente del Comisariado de Bienes Comunales, Álvaro Sosa, mediante sobornos y engaños, para usufructuar por 30 años las mil 643 hectáreas de territorio y así poder establecer el parque eólico en esta isla y en la contigua Isla Tileme —un lugar sagrado de los ikojts o huaves—, rodeadas por aguas de la Laguna Superior y la Laguna Inferior, así como por el Océano Pacífico.

Foto: Mario Jiménez Leyva

“Es una segunda conquista española, nos vienen otra vez a arrebatar nuestro territorio con un contrato totalmente ventajoso, leonino y violatorio de nuestros derechos como pueblo indígena”, afirmó el comunero, Jesús García Sosa, uno de los representantes de la Asamblea General del Pueblo de San Dionisio, quien encabeza la lucha por la defensa de su territorio.

Además, el Estado mexicano tampoco realizó una consulta previa como dispone la Constitución y el Convenio 162 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), ni se proporcionó la información necesaria, para que el pueblo indígena ikojts estuviera en condiciones de analizar y tomar una decisión consciente de comprometer las tierras con una empresa transnacional.

“Nadie pudo conocer el contrato para revisarlo; (así) se han violado nuestros derecho a la información, a la consulta, al consentimiento libre e informado, a la libre determinación y a la autonomía, al imponernos este contrato leonino de usufructo”, señaló.

A principios de este año, el pueblo ikojts se pudo enterar del contrato suscrito por el Comisariado de Bienes Comunales y de la autorización de cambio de uso del suelo que hizo el presidente municipal, el priísta Miguel López Castellanos, para que la empresa ibérica iniciara los trabajos, con la participación financiera de la Mitsubishi japonesa, del Fondo de Infraestructura Macquarie australiano, del proveedor de servicios de fondos de pensiones holandés PGGM y del Banco Interamericano de Desarrollo.

“La comunidad emplazó en una asamblea general al presidente municipal, el 21 de enero pasado, para que revocara el permiso, que según él lo había firmado unas horas antes, pero en realidad lo hizo desde diciembre del año pasado. Según las empresas transnacionales le entregaron 20 millones y medio de pesos, pero el presidente sólo reportó primeramente dos millones de pesos aunque por la presión de la comunidad, aceptó que había recibido catorce millones de pesos. Hizo una pantomima, rompió el permiso y se fue, pero antes amenazó y nos dijo ‘quien no está de acuerdo que se cuide, más adelante nos vemos’. Eso enardeció al pueblo y decidió iniciar la lucha por el territorio”, asentó.

A partir de ese día, este pueblo huave determinó declararse en resistencia e integrar la Asamblea General del Pueblo de San Dionisio, para organizar y articular la lucha, así como a fin de resguardar el Palacio Municipal abandonado por el priísta.

“El pueblo se levantó porque se sintió engañado y traicionado; un presidente municipal no puede decidir sobre todos nosotros ni poner en peligro nuestra existencia. Así ahora, estamos en una permanente lucha en defensa de lo que es nuestro porque hasta la Isla Tileme, un lugar sagrado para nosotros, está en riesgo”, agregó.

LUCHA POLÍTICA-JURÍDICA

Además de la lucha política, el pueblo ikojts ha también iniciado una batalla legal al presentar el Comisariado de Bienes Comunales una acción legal en el Tribunal Unitario Agrario (TUA) del Distrito 22, con sede en la ciudad de Tuxtepec, para anular el contrato firmado a la empresa ibérica.

“La lucha también se está dando por ahí; se pelea por cancelar y anular de manera total y absoluta cualquier tipo de convenio o contrato firmado, por la violación al derecho a la consulta previa, libre e informada, ya que afectará la propiedad, posesión y disfrute de nuestro territorio”, apuntó.

Los indígenas huaves se oponen tanto a la construcción de cinco puertos de atraque para la instalación y operación del parque eólico y directamente contra el parque eólico porque independientemente de no ser consultados, provocarán el despojo de sus tierras y de su territorio, daños a la biodiversidad por la existencia de manglar, selva, lagunas, peces y aves, la profanación de sus centros religiosos y sobre todo, por las consecuencias gravísimas a su pueblo al perder la fuente principal de vida, que es la pesca.

“Somos los dueños de estas tierras y el mar, pero ya no podremos hacer su uso. La pesca es nuestra forma de vida. En esta isla, en la Laguna Superior y en la Barra Santa Teresa existe una alta productividad pesquera que da de comer a los ikojts y a los zapotecos de San Dionisio del Mar, San Mateo del Mar, Santa María del Mar, San Francisco del Mar, Unión Hidalgo, Chicapa de Castro, Juchitán de Zaragoza y Santa María Xadani. Gracias al mar hemos sobrevivido. Si se construyen los puertos de atraque, o más bien de atraco, y si se instala el parque eólico nos estarían cortando la yugular. La biodiversidad es grande, hay mucho manglar, no son matorrales como dicen los españoles; nuestro territorio y nuestro mar son sagrados, son nuestro plato de comida”, anotó.

En esta Isla Pueblo Viejo —donde se fundó inicialmente San Dionisio del Mar—, los indígenas huaves de aquí y de la cabecera municipal tienen tendidas decenas de redes, conocidas como “changuitos”, para la captura de camarón y otras especies.

“Todas esas estacas sembradas indican que hay mucho camarón abajo; los camarones salen en la noche y es cuando es posible a capturarlos en las trampas. De eso vivimos y, si llega el parque eólico, pues ya no tendremos permiso para vivir.

“En la Laguna Superior y en la Barra de Santa Teresa, también hay mucha productividad; hay lisa, jaiba, pargo, roncador, mojarra, bagre, corvina, de todo. Si se instalan los aerogeneradores, producirán mucho ruido y relámpagos, entonces ya no se podrá pescar porque las especies son muy sensibles a los ruidos y a los destellos”, indicó.

El pueblo ikojts ha determinado defender su territorio y el mar por todos los medios posibles y luchar por la cancelación del Parque Eólico San Dionisio y, si es necesario, hasta sacrificar la vida.

“Estamos dispuestos a todo y si ahí se va la vida ni modo. En una reciente reunión, un compañero dijo por ahí que si hemos de morir por defender nuestro territorio y el mar, pues hay que entregar la vida. Los otros pueblos huaves y zapotecos, incluso las cooperativas pesqueras, también están dispuestas a luchar juntos para que se respeten nuestros derechos, nuestra forma de vida, los lugares sagrados, el territorio porque son nuestra razón de ser. Esa decisión ya la conocen los españoles; en abril metieron maquinaria y personal en la Barra Santa Teresa para trabajar, nos enteremos, nos organizamos y fuimos a decirles que abandonaran el lugar o ahí se quedaban. Se hicieron medio sordos, entonces dijimos ‘vamos a bajar los garrafones de gasolina que traíamos para echarles lumbre, vieron entonces la seriedad de nosotros y se retiraron. Si hay una consulta y el pueblo dice que si, adelante, pero si dice que no, que respeten nuestra decisión. El pueblo tiene la última palabra”, asentó.

EL VIAJE DE NOTICIAS

A la Isla Pueblo Viejo, rodeada por la Laguna Superior y la Laguna Inferior, que forman el Mar Muerto, así como por el Océano Pacífico, se llega en lancha en un recorrido de aproximadamente 32 millas náuticas, equivalentes a 60 kilómetros, saliendo de la cabecera municipal.

En la isla de pródiga belleza, por su profusa vegetación de manglar y esteros de agua dulce, habitan alrededor de 100 indígenas huaves quienes se dedican a la pesca, al campo y a la cría de ganado.

“Esta es la vida de un pobre; pescamos para comer y vender algo para tener un poco de dinero. Dicen que ahora que llegue el eólico nos van a dar dinero por nuestras tierras y el mar, pero el dinero no se queda para toda la vida. No estamos de acuerdo con eso. ¿Cómo vamos a vivir?, vamos a tener que morir por la comida y para mantener a la familia”: Laura Celaya Altamirano, esposa de un pescador.

“Aquí capturamos lisa, roncador, mojarra, bagre, corvina, camarón, de todo. No estamos de acuerdo con el eólico porque del mar vivimos, de aquí sale para comer. Si llegan esos ventiladores grandes (aerogeneradores), de donde vamos a tomar para comer, pues”: Braulio Ramos, de 68 años de edad, con 42 años dedicados a la pesca.

“El pueblo está inconforme porque aquí es una zona pesquera, produce mucho el mar; si llega el eólico nos va a perjudicar y ya no vamos a tener que comer. Los grandes ya nos vamos, pero los niños y los jóvenes ya no podrán trabajar en el mar”: Aquiles Ochoa Cantero, con 35 años dedicados a la pesca.

“Aquí trabajamos para la familia; si entra el eólico, todo se va a echar a perder, todo se va a acabar. ¿Cómo vamos a mantener a la familia? ¿De dónde vamos a sacar algo? En el pueblo la mayoría somos pobres”: Nemesio Marcos Sosa, pescador

El Parque Eólico San Dionisio, autorizado por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat), el 29 de enero del 2010, constará de 102 aerogeneradores y dos subestaciones eléctricas transformadoras (SET de Santa Teresa y SET Tileme), caminos de acceso e infraestructura de apoyo.

Este parque, se extenderá en una sola fila a lo largo de aproximadamente 27 kilómetros sobre un brazo de tierra, entre lo que se conoce como la Laguna Superior y la Laguna Inferior, en la Barra Santa Teresa.

“No estamos dispuestos a que nuevamente las empresas del capital y de los gobiernos nos despojen de nuestros territorios, que significan nuestra vida misma, nuestra madre, nuestro padre; no les podemos vender o ponerles precio, mucho menos a cambio de proyectos de muerte y despojo”.

CIFRAS DEL PROYECTO

30 años, la vida útil del proyecto

102 aerogeneradores

2 subestaciones eléctricas transformadoras (SET de Santa Teresa y SET Tileme)

5 puntos de atraque

6 meses tardaría la construcción

266 operaciones de atraque para la construcción del proyecto eólico

Fila india de ventiladores

Formados en fila los aerogeneradores de San Dionisio del mar ocuparían una distancia de 27 km, de la ciudad de Oaxaca a:

27 km lineales

De Oaxaca a Zimatlán, al sur

De Oaxaca a la entrada de Tlacolula, al este

De Oaxaca a La cumbre, al norte

De Oaxaca a Santiago Suchilquitongo, al oeste

Comunidades afectadas

1)San Dionisio del Mar

2)San Mateo del Mar

3)Santa María del Mar

4)San Francisco del Mar

5)Unión Hidalgo

6)Chicapa de Castro

7)Juchitán de Zaragoza

8)Santa María Xadani

Las especies en peligro

Lisa

Jaiba

Pargo

Roncador

Mojarra

Bagre

Corvina

30 millas náuticas o 60 kilómetros viajó NOTICIAS para visitar el área del proyecto

Para residuos se utilizará el tiradero ubicado en el kilómetro 3 de la carretera Juchitán-Unión Hidalgo

Fuente. noticiasnet.mx

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