Por: Sócrates A. Campos Lemus
Para un político el poder lucirse dando apoyos y ayudas es un momento mágico para impulsar su carrera, pero cuando éstas ayudas están enmarcadas en una tremenda crisis de salud que las motiva y se acerca peligrosamente la gran crisis económica, de pobreza y de desocupación, pues el asunto tiene otras complicaciones, y en vez de que las demandas de apoyo sean benéficas para su carrera política, cumpla o no, corre un enorme riesgo de que le “salga el tiro por la culata”.
Solamente basta con imaginar que los boleros, los comerciantes ambulantes, los mariachis, los meseros, los vendedores de diarios y revistas, los cocineros, los mismos chef, los medianos y pequeños empresarios, los médicos, enfermeras, amas de casa , huérfanos, viejitos desamparados, payasos, carniceros, vendedores de mercado, telefonistas de call centers, profesionistas independientes, empleados de bancos, choferes, taxistas, mecánicos, electricistas, agricultores, indígenas, pobres de pobres que suman millones y pobres que suman otros millones debe ser agobiante y desesperante. Muchos protestan cuando algo falla pero, normalmente no agradecen cuando les dan, esa es la forma real del comportamiento en el país, así de volubles son las masas, recibiendo están calmadas y contentas pero no apoyan ni participan realmente para continuar con esos esfuerzos y para que sirvan a consolidar proyectos, y cuando sienten que les deben dar más y no les dan, pues se “voltean” y dejan a los que antes les apoyaron en la soledad y les demandan y gritan.
A lo mejor los mexicanos nos hemos acostumbrado a eso de que todo se logra por medio del “papá gobierno” y esta es la desgracia, los medios y las benditas redes sociales de pronto se convierten en UNA CAUSA DE LA INFOMANÌA y se generan desinformaciones, mentiras y desviaciones en la concepción y realidad de las cosas y hay, como dicen en el barrio: pues hay peditos que van creciendo.
El miedo a la muerte por medio de la pandemia es real cuando se enfrenta, pero mientras no llega andan de fantoches y no portan ni cubre bocas porque les molesta y dicen que a ellos no les pasa nada porque son machos resistentes, hasta que les pasa, y cuando esto sucede no aceptan que es su culpa y protestan en contra de médicos y enfermeras y de los servicios que al final ni les cuestan, diciendo que no reciben el trato que merecen porque así somos de egoístas y de cobardes, las familias en vez de solidarizarse y reconocer y agradecer las atenciones y esfuerzos de los hombres y mujeres que arriesgan la vida para salvar otras, son agredidos y culpados de todo, y esto debe afectar seriamente el ánimo de esos héroes que todo lo dan arriesgando su propia vida para salvar a otros que en vez de agradecer, agreden y lastiman. Yo no creo mucho en eso de que el “pueblo es sabio”, la verdad, no estoy muy convencido de ello, son a lo mejor comodinos y oportunistas y no han tenido ni hemos tenido la formación para aceptar nuestras culpas y la humildad de entender que los únicos responsables de lo que nos sucede somos nosotros y por la forma en que enfrentamos la vida y el mundo. Queremos siempre culpar a los demás de nuestros conflictos y problemas cuando no es así, no nos preocupa el cuidarnos porque primero queremos tener lo que deseamos sin pensar en las consecuencias ,y si llegamos tarde al trabajo, por ejemplo, buscamos las escusas y no damos humildemente la aceptación de nuestro retardo sino que pensamos que es mejor culpar al tránsito, a los camioneros, a los policías, a los demás, y no aceptamos que somos flojos y conchudo y no queremos reconocer que es nuestra culpa y no nos disculpamos aceptando que llegamos tarde porque nosotros, no por culpa de los demás. Por supuesto que hay que cambiar muchas cosas y lo mejor sería enfocarnos al cambio, en uno mismo para ser mejores, hay que pensar en ello en función de los demás, no solamente recibir es bueno, es mejor el saber dar y apoyar y ser solidario con los otros, que mostrará que vamos en un mejor camino y no en el del egoísmo y del agandalle.
Por supuesto que es admirable la paciencia y la serenidad de AMLO cuando tiene que recibir las peticiones, ahora, hasta con “periodistas” que parecen peticionarios o mediadores de las peticiones ante el presidente y acusan y reclaman acciones como si fueran políticos en juegos de poder. Les encantan las cámaras a los comunicadores cuando deben saber que esas cámaras son para que se digan las cosas serias y no los chismes y las tragedias que quieren ser mostradas como peticiones universales, cuando tienen mucha cola que les pisen. No hemos entendido que las cámaras y la publicidad es momentánea, que eso no cambia ni la realidad ni a las personas que son la base del cambio, solo son jueguitos de publicidad que hacen que muchos pierdan el piso y se sientan en la gloria o que son ya los mejores para entrar a la política sin tener más “méritos” que los medios a los que después reclamarán por sus críticas y reclamos.
El ejercicio del poder incluye a los medios y a la publicidad y propaganda políticas, por eso, los políticos de verdad saben usar los tiempos en sus circunstancias y tienen siempre respuestas, aunque sean para preguntas inducidas y puestas para que se bateen de facilito o se logren poner de modo tal que no fallen en los golpes. Por eso hay que entender que AMLO tiene una enorme capacidad de “comunicación” y convence y vence a muchos de sus enemigos porque habla con claridad y en el momento justo, así pues, cuando llegan las peticiones y los reclamos tiene la capacidad de dar respuestas a lo que anteriormente, los otros políticos, no tenían, y recordemos que cuando en la campaña electoral en una universidad se le preparó a Peña Nieto una recepción de protesta, en vez de enfrentarla, se fue a esconder a un baño, y ahí marcó su destino y la idea de cómo acabaría su mandato: en el WC y entre la mierda…