Costa Bonino: la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.

@josegmunoz

 

La versión en línea de la revista proceso del 5 de marzo da cuenta de una charla inamistosa vía Twitter entre el periodista Julio Hernández, Marcelo Ebrard y Luis Costa Bonino, ex estratega de la campaña política de Andrés Manuel López Obrador y artífice del triunfo de los actuales presidentes de Uruguay, José Mújica y de Perú, Ollanta Humala, en la que se vierten cantidades importantes de adrenalina y bilis de Costa Bonino y Marcelo Ebrard, merced a las respuestas dadas por el ex jefe de gobierno capitalino a las interrogantes planteadas por columnista de La Jornada.

 

No es descubrir el hijo negro si se afirma que una de las causas de la derrota de Andrés Manuel López Obrador fue la división de “la izquierda”, en tanto que la unidad fue la bandera ondeada por Ebrard desde que tuvo la peregrina idea de juntar al PRD con el PT, y hasta el PAN (yo no he visto por ningún lado el PAN se asuma “de izquierda”, excepto cuando Vicente Fox era candidato) en las elecciones para gobernador del Estado de México, habiéndose encontrado con la oposición rotunda de AMLO, quien, al desmantelar esa hipotética alianza planteada por Ebrard, además de hacer perder las elecciones locales a su patiño, Alejandro Encinas, provocó que el entonces jefe del gobierno capitalino se enconchara en su castillo de sueños y no participara como pudo haberlo hecho en la campaña de López Obrador, lo que se derivó en su derrota frente a Enrique Peña Nieto.

 

Ya se sabe: el “hubiera” no existe, pero la evocación o reflexión sirve para quienes quieren ver sus errores y tienen la intención de enmendarlos, aunque todo indica que este no es el caso de AMLO, que todo lo achaca a la “mafia”, no obstante que poco na poco se viene desgranando la mazorca de la verdad, pues Costa Bonino reveló en la citada conversación vía Tuitter con Ebrard que AMLO sí estaba enterado de la reunión que organizó Luis Mandoki en la casa de Luis Creel en las Lomas con varios empresarios para pedirles seis millones de dólares para la campaña, pero al verse descubierto, negó en público que ese pase de charola era de su conocimiento, pero en privado, desmanteló el equipo recaudador, al que Ebrard no quiso sumarse.

 

Todavía están en la red las declaraciones en la que AMLO niega haber conocido esa recaudación. Miguel Mancera, el entonces candidato de “la izquierda” al GDF, interpuso una demanda por esa misma reunión de la que dijo no tener conocimiento, pero López Obrador, puso a funcionar el dvd que parece traer conectado cuando alguien le descubre alguna de sus trampas: “Yo no miento”, “Yo soy honesto”, “Yo siempre hablo con la verdad”, etc., etc.

 

Luis Bonino hizo otra afirmación temeraria, según la misma versión de la revista proceso: “Sin embargo, también responsabilizó a López Obrador de su propia derrota al afirmar que pese a que en mayo tenía ganada la elección, tras el escándalo del “charolazo”, el tabasqueño decidió perder”. Esta aseveración no es en forma alguna una “revelación”, sino una conclusión propia de Bonino, porque de haber “decidido perder”, AMLO no derramara tanta lágrima, cual Magdalena, rumiendo su derrota con el pregón que “la mafia” se arrebató el poder presidencial.

 

Otra de Bonino: “Mandoki y yo fuimos los responsables de la campaña que lo había hecho superar a EPN fin de mayo. Fue un suicidio electoral”, escribió Costa Bonino en su cuenta”, dice proceso. ¿Superar a Peña Nieto? Por aquellas fechas (mayo de 2012), el diario Reforma publicó una encuesta que AMLO estaba en empate técnico con EPN, pero el séquito que rodea al tabasqueño agregó que como hay un margen de error de más o menos cuatro puntos, entonces que AMLO estaba arriba tres o cuatro puntos de Peña Nieto. Lo grave es que ellos mismos creyeron la historia, en analogía con los panegiristas del tabasqueño cuando dicen que es “de izquierda”.

 

Bonino se duele del arrebato de AMLO, al desmantelar el ejército del charolazo: “Asimismo, afirmó que el fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ‘“hubiera tenido coraje y ganas de ganar, hubiera mantenido su equipo y hubiera ganado”’.

 

“Y consideró que el tabasqueño atribuyó el ascenso de su campaña a su carisma, no a su campaña y que por ello ‘“creyó que podía prescindir de su estratega”’.

 

Ahora se comprueba lo que siempre se sospechó, pero que jamás ha admitido AMLO. Pero Bonino, que arrastra por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser, lo vino a confirmar.

 

 

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