Zona metropolitana. La cuota nuestra de cada día.

  • Esto sucede en el DF y Edomex, y en la mayoría de ciudades del país
  • vigilantes que se aparecen de improviso y que son conocidos como los “que echan aguas”, viene-viene, franeleros o simplemente cuidadores
  • Estacionan el auto con la consabida cuota “propina voluntaria-a fuerzas”
  • Empresarios tienen vigilancia gratis y los ciudadanos dan gratificaciones

Por Fernando Olivas Ortiz

Desde hace varios años los conductores de vehículos automotores se han convertido en victimas propicias de los cuidadores de coches, que se instalan sobre todo en las afueras de oficinas públicas o sitios sumamente frecuentados, como restaurantes y espectáculos de cualquier naturaleza e imponen tarifas (hasta de 50 pesos) arbitrarias por estacionar un vehículo en la vía pública, que como su nombre lo indica es de todos.

Esto sucede sobre todo en el DF y Edomex, aunque la mayoría de ciudades de la república mexicana ya son parte de este problema social, que las autoridades tanto delegaciones como municipales, son incapaces de resolver causando graves problemas a la ciudadanía.

Los famosos vigilantes que se aparecen de improviso y que son conocidos como los “que echan aguas”, viene-viene, franeleros o simplemente cuidadores, aprovechan cualquier espacio para hacer negocio y cuidado que- no accedan a su cuota- porque le dan en el mejor de los casos un rayón al coche o le causan un mal mayor y la propina o pago la mayoría de las veces es por adelantado, por supuesto al arbitrio de quien la impone.

En la mayoría de los ayuntamientos de la zona conurbada o Valle de México, los estacionamientos son para los funcionarios y los empleados o causantes difícilmente tienen acceso a esos lugares, por lo mismo encontrar un sitio para estacionar el coche se convierte en un verdadero martirio y ahí es donde los truhanes que se han adueñado de los espacios públicos hacen negocio y los policías que en justicia deberían fijarse en esas anomalías se alían a ellos, repartiéndose las ganancias a decir de los cuidadores.

Cualquier arteria adyacente al edificio municipal o delegación desde muy temprana hora aparece con botes, piedras o cualquier material que sirva para apartar el lugar, cuerdas o mecates y solamente el vigilante voluntario puede quitar los estorbos y permitir que se estacione el vehículo con la consabida cuota “propina voluntaria-a fuerzas”, porque no existen estacionamientos públicos y los que hay no son confiables, tanto por el robo de objetos como por el maltrato que dan a los vehículos.

También es menester señalar que a la llegada del vehículo, automáticamente aparecen sujetos de la peor ralea en ocasiones borrachos consuetudinarios o drogadictos que han encontrado su modus vivendi para poder pagar sus vicios a costa de los ciudadanos que tengan que realizar cualquier trámite.

Otra acción en contra del ciudadano son los llamados Valet Parquing, que elegantemente vestidos o con uniforme que los identifica se dedican a cuidar, golpear y sobre todo estacionar los coches o camionetas con una tarifa concertada de antemano y que lo mínimo es de 20 pesos aunque sea en forma momentánea, los timos están a la orden del día y son muchos los que se disfrazan y tranquilamente se roban los vehículos.

La escasez de lugares púbicos para estacionarse, así como la falta de tiempo de la mayoría de personas que tienen que llegar a una cita, a permitido a vivales crear compañías para contratar individuos que estacionen los vehículos y pomposamente llamen Valet Parquing y hacer negocio en forma permitida según ellos, porque muchas de las veces también dejan los vehículos en la vía pública o peor aún sobre las banquetas con el permiso de la autoridad que con una módica suma se hace de la “vista gorda”.

En los últimos tiempos lo más común es que cuando se estaciona un automóvil misteriosamente aparece una persona con un trapo o bien con la pura mano y un silbato en la boca, para hacer notar que el lugar pertenece a ellos y se encargaran de cuidar el vehículo en ocasiones con una cuota monetaria por adelantado y la mayoría de veces y ya al abandonar el lugar es cuando hay que darles alguna moneda de cinco pesos para arriba.

Cada vez es más difícil encontrar un lugar donde no haya una persona que se encargue de vigilar las calles, sobre todo para cobrar por permitir que el vehículo se quede en el sitio y si no pagan o dan menos de lo que esperan recaudar le causan daños al coche y en ocasiones al conductor que se atrevió a desafiarlos, claro para esto cuentan con la complicidad de la policía.

NOTAS EN REMOLINO. También el ciudadanos es víctima constante de los limpiaparabrisas, que en cualquier semáforo se instalan y arrojan el agua al cristal, se enfadan si no les dan una moneda aunque sea de un peso, y la mayoría anda drogado, los indigentes, limosneros, pedigüeños, mujeres con niños entre los brazos, son otro lastre al que el conductor debe entregar un apoyo, una bolsa de monedas de a peso, debe traer el ciudadano para evitarse problemas, asimismo algunas empresas tienen el descaro de señalar en letreros que las personas que cuidan el lugar y los vehículos son meritorios y solo la gratificación que se les entregue será su salario. ¿Hágame el favor? . Tiendas departamentales, restaurantes, bares y gasolineras, tienen la misma política y el ciudadano es el que cubre el sueldo, la autoridad bien gracias, una empresa zapatera que gana millones de pesos, tiene la práctica que le ha dado pingües ganancias.

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