El sueño amurallado del Tío Sam

@josegmunoz

El pasado jueves 27 de junio fue puesto en letra de molde el viejo sueño de los sectores más conservadores de la unión norteamericana, al probar el senado una reforma migratoria que contempla construir una muralla de 1,120 kilómetros en su frontera sur a un costo de 30 mil millones de dólares; la protesta de miles de agricultores y pequeños empresarios urgidos de mano de obra barata; la desesperanza de al menos 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos y el testimonio light del gobierno mexicano que ve con optimismo que el gobierno norteamericano se haya decidido a recibir flujos migratorios controlados legalmente.

Desde la perspectiva de los analistas, de poco o nada servirá la construcción del muro –asociado por antonomasia al tristemente célebre Muro de Berlín— pues será poco menos que imposible detener el flujo humano proveniente de países donde reina el desempleo y la inseguridad; en 1994 se inició la construcción del Muro de la tortilla y se reforzó la frontera con miles de agentes locales y federales con licencia para matar (hasta marzo de este año, iban 18 mexicanos asesinados al intentar cruzar el punto limítrofe con nuestro país vecino), sin que por ello se haya detenido la inmigración: en un año, aumentó el número de indocumentados en un millón.

El motivo de optimismo para el gobierno de México es que este jueves 27 el Senado norteamericano aprobó la histórica reforma migratoria que ofrecería la naturalización a 11 millones de personas que actualmente viven en Estados Unidos de manera ilegal y destinaría al menos 30 mil millones de dólares a la seguridad fronteriza. La reforma apenas pasó el primer trámite porque debe también ser aprobada en la Cámara de Representantes (equivalente a nuestra Cámara de Diputados) donde predomina la mayoría republicana. En el Senado pasó la enmienda porque los demócratas (mayoría) concedieron a los republicanos adicionar a la legalización de inmigrantes asignar gasto multimillonario para impedir el ingreso de inmigrantes sin autorización legal. Pero el optimismo puede derrumbarse a la hora de aprobar la asignación recursos y quedar sólo en sueños.

Luis Felipe Bravo Mena, califica la presunta muralla como “Obra hercúlea”, digna de emperadores chinos y romanos, lástima que como todas las construcciones de este tipo sea expresión del miedo de los poderosos y de su incomprensión de la naturaleza humana. Por ello, porque van contra la capacidad del ser humano para superar obstáculos, que tarde que temprano resultan inútiles y se convierten en ruinas ciclópeas de la nada. Proezas de lo absurdo. No hay un solo caso en la historia en el que los movimientos de población hubiesen sido frenados por valladares de piedra o cualquier otro artificio disuasivo”.

El mundo está sembrado de murallas inservibles. Son famosos los vestigios reconstruidos de la “larga fortaleza” china de 9 mil kilómetros que muestran la determinación de sus divinas dinastías para impedir el paso a los nómadas mongoles y manchúes. De nada sirvió, llegaron y se quedaron. Su extensión y volumen son la medida de su fracaso”, escribió Bravo Mena este viernes en un artículo publicado en El Universal.

A su vez, Enrique Berruga Filloy, escribe en el mismo diario este viernes 28: “Haremos compañía a la muralla china, al paralelo 38 entre las dos coreas, a las dos alemanias de la Guerra Fría y a la barrera que construye Israel frente a Palestina. Pero nuestro muro tendrá un ingrediente especial: será construido entre dos países que nominalmente son amigos y socios. No será fruto de la rivalidad bipolar, ni de una guerra civil o de la intifada, sino de un flujo humano descontrolado y de la necesidad de ambos partidos políticos estadounidenses de granjearse el voto latino”.

Estados Unidos solamente tiene dos vecinos en el mundo. Resultaría imprescindible sensibilizar a quienes toman las decisiones en Washington de que no está en su interés nacional ni en su trayectoria histórica cercar a una nación pacífica como México. El corazón del problema es de asimetrías de desarrollo. Con estas medidas Estados Unidos parece apostar a que esas diferencias se acentúen en vez de disminuir. Tendrían que apostar a contar con un vecino próspero que pudiera contribuir de mejor manera a una seguridad genuina y a su mismo crecimiento económico y moral.

Para agregar un toque de pesimismo, al muro aun no edificado. Arturo Valenzuela, ex subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, sostiene que “los beneficios que conllevaría la eventual aprobación de la reforma migratoria en Estados Unidos son mucho mayores a los costos asociados al incremento de la seguridad fronteriza”. Califica de «negativas” las medidas que los demócratas se están adoptando para tratar de conseguir el apoyo de los republicanos, “porque el resto del paquete de propuestas migratorias es extraordinariamente importante».

Con el flujo de indocumentados sucede algo parecido del fenómeno de las drogas, toda proporción guardada. Se ha dicho hasta el cansancio que mientras en Estados Unidos haya demanda de droga, nada puede detener a los surtidores de esa demanda.

Pública BBC Mundo en su sitio web que “a pesar de tener una alta tasa de desempleo, que se situó en el 9% en octubre, algunos sectores de la economía estadounidense sufren la falta de mano de obra especializada.

 

Un estudio divulgado recientemente por la consultora Deloitte junto al Instituto de Manufacturas calcula que hay unas 600.000 vacantes en el sector manufacturero porque los empresarios no encuentran a trabajadores suficientemente calificados”, agrega.

En restaurantes, granjas agrícolas y ganaderas, empacadoras se solicitan trabajadores para quehaceres de limpieza y carga, que los ilegales están dispuestos a realizar, pese a salarios más bajos que el promedio. “Son labores que ni los negros quieren hacer”, dijo en mayo de 2005 Vicente Fox, quien recibió un alud de linchamientos por la connotación racista de la frase, pero que encierra aún en la actualidad una realidad innegable.

En el Senado mexicano, se organizó un foro sobre el tema y allí se expuso que “los programas existentes para apoyar a los jornaleros agrícolas no están funcionando o no les llegan por su condición de migrantes temporales”; que la reforma hasta ahora conocida carece de un enfoque regional y de libertad de tránsito.

La gran paradoja es que esto está ocurriendo precisamente en el país que se ha erigido como guardián de la libertad económica y política.

 

 

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