En voz alta——Calderón no cavila

Por: Gerardo Viloria
Los hechos ignominiosos de violencia letal descontrolada ocurridos en el Aeropuerto de la Ciudad de México donde tres miembros de la Policía Federal fueron masacrados por otros elementos de la misma corporación los cuales escaparon con toda impunidad después de un enfrentamiento de al menos cuatro minutos, son evidencias que ejemplifican la hendidura del gobierno federal en la lucha contra el crimen organizado. En este mismo sentido, muestran una destacada falta de planeación, coordinación y puesta en marcha de políticas públicas para enfrentar eficientemente y disminuir el poder del narcotráfico.
No obstante lo anterior, al día siguiente, el martes 26, el presidente FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, en la ceremonia del Día Internacional de la Lucha contra el uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas en el Castillo de Chapultepec, refirió los ejes de su estrategia anticrimen, que van desde el combate frontal a la delincuencia, fortalecimiento de instituciones y del tejido social.
Sin ningún titubeo, como si su dicho fuera auténtico, con un cinismo sorprendente señaló que «Por el clamor de auxilio, expresado por ciudadanas y ciudadanos de varias partes del país, ante la petición expresa, en todos los casos, de las autoridades locales, el Gobierno de la República tomó la decisión de combatir frontalmente a los criminales y combatirlos con lo mejor que tiene el Estado mexicano, que es, precisamente, sus fuerzas del orden Federal: el Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Procuraduría General de la República, que tiene, específicamente, ese encargo».
Satíricamente estipuló que con ese esfuerzo deja “un legado fundamental para los mexicanos, un México donde los criminales ya no actúen impunemente. Un México donde se les persiga y se les lleve a la justicia para que paguen sus delitos. Y en esa tarea, por ejemplo, y, por eso, una manera de medirlo es que se ha detenido a 22 de los 37 criminales más buscados en el país».
Respecto a la segunda estrategia referente a la construcción de instituciones públicas, ampulosamente declara: “Si México hubiera tenido policías confiables, Procuradurías confiables, eficaces, capaces, seguramente hace rato que hubiera recuperado totalmente los niveles de seguridad que México merece, sin embargo, la fragilidad, la debilidad, la corrupción, la vulnerabilidad de las policías y Procuradurías en buena parte del país, no sólo no permitió a México defenderse, sino que propició que en esa corrupción creciera exponencialmente el poder de los criminales».
A pesar de los casos en que policías federales se han visto involucrados en asesinatos, desapariciones forzadas, torturas y otros delitos, CALDERÓN se refirió a la PF como una institución que pudo transformar en su administración y destacó el avance y “la confiabilidad” de la corporación.
Y, sin tener coherencia con lo anteriormente señalado, ni congruencia en la oración, el Presidente comentó que «el tercer eje finalmente y quizás, el más importante de todos, es el eje social. Un eje que nos permita, precisamente, abrirle oportunidades a los jóvenes».
Por todo lo señalado, podemos advertir claramente que CALDERON no cavila ni por un momento en la herencia funesta que dejará a su sucesor.

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