¿General corrupto?…Infestado Mayor

coroPuede un militar que ostentó el récord de decomisos de droga hace una década, seguir encarcelado por una acusación basada en un anónimo?

Así inicia, como inocentemente un periodista metido a redentor, la defensa del General Ricardo Martínez Perea. Y seguramente con esas premisas no faltará quien compre la historia, pero a los que conocemos el caso no nos engaña y en primer lugar le diríamos que no fue un anónimo lo que llevo al comandante del 21 regimiento de caballería motorizada al lugar donde se encuentra sino sus actos criminales por obra y omisión.

Un Teniente asesino, prepotente y delincuente como Javier Antonio Quevedo que por un brevísimo tiempo se convirtió en el azote de la región de la frontera chica en Tamaulipas, lo que según el escritor en cuestión, eran… circunstancias poco claras, en realidad eran abusos patentes y constantes de los militares, abigeato, secuestro, tortura, asesinato, robo, narcotráfico eran la lista de las actividades de los soldados al mando del General.

No sabemos hasta la fecha a que se deba de que no se haya aplicado en este caso todo el peso de la ley y ya el teniente y el capitán Pedro Maya gocen de una libertad que no merecen. Pero es una verdadera afrenta que a estas alturas el General quiera clamar inocencia. En el pueblo de Miguel Alemán y sus alrededores todos sabían que el regimiento estaban al servicio del June y finalmente de Oziel Cárdenas Guillen, confabulados con Raúl Antonio Rodríguez Barrea alcalde en ese momento del ese municipio de Zeferino Peña Cuellar su jefe de Policía y apoyados por el ex ministerio público federal Gabriel Martínez Ballesteros.

coro1Sus atrocidades eran más que patentes. Cerca del el municipio de Paras, N. L. atraparon a un narcotraficante con mariguana, lo dejaron ir pero no solo le robaron la carga le robaron 40 cabezas de ganado que resultaron ser propiedad de un hermano que naturalmente puso la denuncia, y el teniente las devolvió al alcalde y lo amenazó de muerte, de ese tamaño su abuso y prepotencia.

En otra ocasión arrestaron a cuatro miembros de una banda rival para luego torturarlos y asesinarlos, eso a pesar de que la misma prensa había publicado la foto de la detención y que entre ellos venia un ciudadano colombiano de 23 años, Antonio Marlon Cruz.

El juicio del general Ricardo Martínez Perea revive uno de los episodios más bochornosos pero por la parcialidad a favor de su causa que si lo han juzgado conforme a derecho ahí hubieran terminado sus días los tres militares implicados y varios de sus subalternos que fueron enviados con el batallón completo a Guerrero Negro y si la acusación se basó en un anónimo será el de Fuenteovejuna.

Martínez Perea de manera injusta e ilegal está a punto de salir en libertad, le faltan solo un par de años pero al parecer cree que de sus atrocidades ya no hay quien se acuerde y quiere salir antes y limpio solo faltaría que hasta pretenda algún resarcimiento económico, por ello busca a novelistas de tercera para que le invente una historia que pueda cambiar su trágica realidad a ver si con ello convence a alguien.

 

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