TOLUCA, Méx.- Gran parte de la población del municipio de Otzolotepec, Estado de México, lleva a cabo la extracción de recursos forestales maderables y no maderables durante todo el año, como consecuencia de dos necesidades primordiales: el autoconsumo y el comercio, aseguraron las profesoras e investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alma Clara Salazar Romero, Adriana Guadalupe Guerrero Peñuelas y Patricia Mireles Lezama.
Las universitarias, autoras de la investigación “Manejo de recursos forestales no maderables en el Bosque de Santa Ana Jilotzingo, municipio de Otzolotepec, Estado de México” refirieron que algunos de los productos que se extraen para cubrir necesidades básicas de la población de escasos recursos económicos y por supuesto, para la venta, son: leña, tierra de monte, hongos comestibles, piñas, ramas de oyamel y corte de árboles para morillos, tablas, polines, tarimas o árboles de navidad.
En el bosque, dijeron, se desarrollan diversos ciclos naturales y funciones ambientales, como la absorción de contaminantes atmosféricos, generación de oxígeno, captación de agua, provisión de recursos maderables y no maderables; además, es el hábitat de un importante número de especies de plantas y animales.
Por ello, consideraron, es necesario analizar la problemática a la que ahora se enfrenta y señalaron que su investigación tuvo como objetivo determinar el impacto de las actividades de extracción que realizan los pobladores del Bosque de Santa Ana Jilotzingo.
Salazar Romero, Guerrero Peñuelas y Mireles Lezama indicaron que de acuerdo con los datos obtenidos, alrededor de 73 por ciento de la gente que vive en esta zona se dedica al comercio, en tanto que 43 por ciento afirmó llevar a cabo prácticas de extracción de recursos forestales no maderables sólo en diciembre; estas acciones se reflejan en la pérdida de superficie forestal, que desde 1990 a la fecha se ubica entre 45 y 48 por ciento.