“Apesta tu jerga, me dijo tronando sus dedos, como ordenando a lavar el trapo que estaba limpio. Después de trapear siempre aseamos todo lo que utilizamos, pero esta maestra viene como caporal de hacienda vieja, con gritos quiere mandar a todos, no pide por favor, esa palabra no la dice su boca, ¿quién sabe de dónde viene?, pero así no se trata a la gente por muy directora que se crea…”, dice molesta la señora que hace el aseo en la escuela primaria.
Así actúa la nueva directora, quien fue nombrada hace días presumiendo de supuestos saberes que no muestra en su trato con los integrantes de la escuela ahora a su cargo; evaluada como idónea en el último examen para la promoción que establece el servicio profesional docente, sin embargo y a pesar de ese resultado, su conducta en menos de una semana deja un escenario catastrófico para el personal docente, alumnos y padres de familia de la primaria a la que fue asignada en el Municipio de Toluca.
Se asegura que antes de la nueva función, se desempeñaba como docente de grupo en el Municipio de Villa Victoria; a sus aproximadamente cuarenta y cinco años de edad logra este ascenso que la conduce a comportamientos de confrontación y autoritarismo incomprensible; entre sus homólogos de otras escuelas de la zona escolar, extrañados ya hacen señalamientos, por ejemplo en algunos diálogos dicen:
“Hola maestro, ¿es cierto que la nueva directora de tu escuela no llegó como prelada?”, dice un director de otra institución a un docente de la escuela a la que fue asignada la citada directora.
“¿Cómo maestro?, si ella presume que logró un gran puntaje en su prueba, se creé la plus ultra, usted sabe…”, contesta el profesor.
“No, pues dicen que no llegó como prelada, ella llegó como pelada, grosera y majadera,…” soltando una sonora carcajada el director.
“Tiene razón, así está, en ella se cumple lo que dice el dicho popular del nuevo rico, que pobre con dinero loco se quiere volver ¿así va no?, o para que me entienda mejor, a un indio dale poder y lo vas a conocer, así dice la gente y ahora nos tocó con esta señora, ¿quién sabe cómo nos vaya este ciclo escolar?, ¿si hay una vacante en su escuela me avisa no?”, contesta el maestro.
Al parecer este perfil se repite en un gran número de profesores que resultaron idóneos en puestos directivos, representando en estos casos otro fracaso de la mal llamada reforma educativa, única y exclusivamente en este tipo de docentes que al lograr la función y ante la nula experiencia, asumen conductas con clara tendencia quizá para desquitarse de afrentas sufridas en su etapa como docentes, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) nada contempla al respecto, la autoridad educativa tampoco, todo queda en la inspiración personal del evaluado.
Esto a pesar de que en el documento “Replantea el INEE el modelo de evaluación del desempeño profesional docente para 2017”, afirme:
“El INEE expresa su confianza y respeto hacia los maestros y reitera su compromiso de brindarles certeza de que la evaluación del desempeño responde a los criterios de objetividad, validez y confiabilidad. Asimismo, reafirma su convicción de que esta evaluación tiene como finalidad principal apoyar a los docentes en la mejora de su práctica profesional, y con ello contribuir a garantizar el derecho de todos a recibir una educación de calidad.”.
En el caso en comento respecto a la evaluación para la promoción, sin garantizar ninguna educación de calidad en este tipo de perfiles de los asignados y mucho menos apoyo para su práctica profesional, de donde se desprende que el puntaje determinado no es sinónimo de eficiencia en la función, haciendo notoria la urgente necesidad de capacitación de la autoridad educativa, si pretende lograr en estos directores el liderazgo académico, de gestión y administración de las escuelas que dejan a su responsabilidad.