En Síntesis

Leonardo Alejandro Olivas Ortíz
Leonardo Alejandro Olivas Ortíz

*Como regalo de fin de año, me gustaría que estas palabras fueran expresadas por el Presidente Enrique Peña Nieto, para tranquilizar al país, y optimizar el rendimiento oficial de los funcionarios responsables del área de seguridad nacional.

Difícil de creer, pero en menos de 2 meses, casi se le va a nuestro presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el país, materialmente como agua entre los dedos.

Esto, luego de su visita a Nueva York en septiembre, en donde fuera distinguido nuestro mandatario con 2 premios internacionales: Ciudadano y Estadista Mundial 2014; ahora su popularidad ha caído por abajo del 40 por ciento de acuerdo a diversas encuestas, luego de los tristes acontecimientos de los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, en el estado de Guerrero.

Luego de lo anterior, pese a reconocer que México ha sufrido, «actos inhumanos de barbarie», a nuestro Presidente, a mi juicio, le han faltado las palabras claves: «México perdona a tus instituciones de seguridad, que han sido incapaces de ofrecer y cumplir con la seguridad de los mexicanos». Y cambiar a los actuales funcionarios del área por ineptos, por otros que sean competentes y comprometidos no solo con su empleador, sino con el país al que sirven o debieran servir, y con los mexicanos, todos.

Así las cosas, el Presidente Peña Nieto ha reiterado que no habrá impunidad; pero eso no ha sido suficiente, pues hasta el momento no hay resultados; ni tampoco ha sido suficiente decir que «como ciudadano comparte las exigencias de justicia de la sociedad». (Lo anterior de acuerdo a un comunicado electrónico de la Presidencia de la República, firmado por el propio primer mandatario, La Jornada, página 7, 16 de Diciembre del 2014). Pues esas exigencias no han sido satisfechas.

También el Presidente Mexicano ha dicho, de acuerdo a ese mismo texto que está decidido a impulsar, «cambios de fondo» y asume así mismo el grito de desesperación ciudadana de «Todos somos Ayotzinapa», como un llamado a seguir transformando a México».

Y no deja de ser alentador nuestro Presidente cuando dice que: «como mexicanos demostremos hoy, nuestra unidad y carácter», confiando en qué lo anterior no se confunda con un llamado a la insurgencia por esos hechos tan lamentables que tienen en vilo al país y que incluso a nivel internacional han sido calificados como una barbarie inaceptable en los albores del siglo XXI.

 

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