El espíritu olímpico está vivo. Las atletas Abbey D’Agostino y Nikki Hamblinlo han demostrado en la prueba de clasificación para la final de los 5000 metros de Río. Todo ocurrió cuando la neozelandesa Hamblin pisó el bordillo de la pista, derrumbándose contra el suelo y provocando la caída de la estadounidense D’Agostino.
Ninguna recriminó nada a la otra, sino que se ayudaron mutuamente. Después de unos segundos doliéndose sobre la pista, D’Agostino ayudó a su rival a incorporarse y ambas intentaron completar la carrera pese al golpe.
“Cuando caí, pensé ¿qué me ha golpeado?, ¿por qué estoy en el suelo? De repente noté una mano en el hombro -la de D’Agostino- y alguien me decía levántate, levántate, tenemos que terminar esto. Esa chica es el espíritu olímpico personificado «, dijo Hamblin al Washington Post.
Pero al levantarse, D’Agostino sintió mucho dolor en su rodilla, tanto que se tuvo que tirarse de nuevo al suelo. Hamblin, que tenía fuerzas para continuar de inmediato, le devolvió el gesto y la ayudó preocupándose por su estado y animándola a seguir corriendo para terminar la prueba.
Llegaron las últimas. Hamblin acabó decimoquinta con 16:43.61, minuto y medio después que la ganadora, la etíope Almaz Ayana, y D’Agostino a continuación, con 17:10.02. Cuando D’Agostino cruzó la meta, se fundieron en un emotivo abrazo.