Primer debate entre Obama y Romney.

El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, está bajo presión para producir una buena actuación el miércoles en su primer debate cara a cara con el mandatario demócrata Barack Obama en su intento por dar la vuelta en una carrera por la Casa Blanca que se le ha ido complicando.

El encuentro de 90 minutos ofrece la posibilidad de llegar a más de 60 millones de personas en televisión, un público mucho mayor que cualquiera que los que vieron hablar a los candidatos en las convenciones demócrata y republicana.

Aunque esto ofrece dividendos potenciales para atraer votantes indecisos, también existe el riesgo de que uno u otro comete un error importante que pueda ensombrecer la campaña en las últimas cinco semanas antes de las elecciones del 6 de noviembre.

Corriendo a la zaga en las encuestas, Romney está más necesitado de una victoria que Obama en el debate en la Universidad de Denver, el primero de los tres encuentros de este tipo previstos en las próximas cuatro semanas.

«Creo que tiene que lograr una victoria bastante convincente», dijo David Yepsen, director del Paul Simon Public Policy Institute en la Southern Illinois University. «Ha tenido un par de semanas malas y necesita cambiar la narrativa de la campaña», agregó.

El republicano fue dañado por un video grabado secretamente de un encuentro privado para recaudar fondos en el que dijo que el 47% de los votantes son dependientes del Gobierno y es improbable que lo apoyen. Fue sólo uno de varios tropiezos reciente cometidos por el ex gobernador de Massachusetts.

En el debate en Denver, Romney necesita no sólo reparar parte de los daños causados por el video. Èl debe plantear interrogantes sobre el manejo de Obama de la economía estadounidense y explicar cómo su propio plan crearía más puestos de trabajo y reduciría el déficit presupuestario.

Romney tiene que pasar por el debate sin perder la calma y sin que parezca estar faltando el respeto a Obama, por quien muchos estadounidenses sienten simpatía personal a pesar de sus problemas para crear puestos de trabajo. Y el menudo rígido republicano podía mostrar un poco de personalidad para que los votantes se sienten más a gusto con él.

«Los estadounidenses que están pensando en votar por Romney necesitamos oír sobre cómo él cambiaría el país para mejor», dijo el estratega republicano Ron Bonjean. «Ellos se están inclinando hacia el diablo conocido, que es el presidente Obama. Romney tiene que sacar la bola fuera del parque, mostrando el contraste entre él y Obama», agregó.

RDS

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Imágen: animalpolitico

 

Fuente: eleconomista

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