+Ante la ausencia de un plan de medios, empleados de diverso nivel califican y “atienden” a los medios pero siempre discriminando a la Prensa regional
“La gran ventaja de la prensa escrita
es que permite al lector la reflexión
de lo que está leyendo, contra el caos
noticioso que generan la radio y la televisión,
por lo mismo, las minorías que influyen en la política,
la economía, la religión y la enseñanza, seguirán
leyendo periódicos todavía por mucho tiempo”
Raymundo Medellín R.
El periodismo por su trascendencia histórica y social no se agota, ni siquiera empieza o termina, en una administración política en un pueblo, llámese monarquía, república, dictadura o dicta blanda; ni siquiera en aquellos en que se han llegado a denominar “la dictadura perfecta”.
Tampoco obedece a criterios desviados o sesgados de los funcionarios temporales, en el caso de nuestro sistema de gobierno, los cuales afortunadamente solo duran en sus cargos tres o seis años, si son afortunados en conservar el empleo, pero cuidado: en esos cortos periodos en los que llegan a ejercer su “autoridad”, pueden hacer mucho daño, y esto no solo a los periodistas y me refiero a los serios y éticos, sino a la sociedad en su totalidad. Afortunadamente, solo operan de manera temporal.
Cuando hablo de periodismo me refiero a la prensa diaria, y desde luego a la prensa regional, incomprendida en su trascendencia y desde luego en su importancia como agente social y servidor de las regiones en las que se desenvuelve y circula, donde, es tomada como parte de la comunidad, a despecho de la opinión de empleados de distinto nivel salarial que tengan que ver con el desempeño de esa prensa, repito, tanto diaria como regional, que quedan al margen de los recursos, que por ley se debiera aplicar para el pago de información institucional y/o de publicidad política que hasta ahora, siendo recursos públicos que se genera en la sociedad son aplicados de manera absolutamente inequitativa, de manera discrecional y desde luego, con esto, desviados de sus objetivos d servicio a la comunidad.
Esto es lo que pasa con los recursos que de manera institucional y por ley, se debieran aplicar a la prensa regional, que ante esta inequidad languidece y sufre estrechez económica para crecer y circular aun mejor; esto le pasa asimismo a la prensa diaria, cuando tampoco es de la simpatía de los empleados en turno de algunas administraciones, tanto estatales como municipales.
Los periodistas no queremos que las administraciones que van surgiendo nos hagan nuestro trabajo, no, pero tampoco que nos obstaculicen en lo que puede ser el desarrollo de nuestro medio de comunicación, al aplicar de manera discrecional y con criterios sesgados y desviados, los recursos que por ley, insistimos, existen para la operación de los medios de comunicación en el estado.
No todos podemos ser el duopolio ni los consentidos, en ocasiones se estima, por intereses económicos, de los empleados en turno de los diferentes gobiernos con algunos medios, los que son beneficiados de manera abrumadora con esos recursos que no debieran ser etiquetados solo para ellos, como ahora ocurre, de ahí nuestra queja formal por esa inequidad lesiva para los intereses en este caso de la prensa regional.
Demandamos igualdad ante este estado inequitativo de cosas.