+ En México, el desarrollo del municipio a partir de su primera expresión en 1519 ha estado presente en sus diferentes etapas: durante la Nueva España; en la Constitución centralista de 1836; en la Constitución de 1857 y en la Constitución de 1917 que dispuso en su texto original: “Los estados adoptarán para su régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo como base de su división territorial y de su organización política y administrativa, el municipio libre…”.
El 22 de abril, hace 495 años, Hernán Cortés habría de constituir el primer municipio en México y América, el de la Villa Rica de la Vera Cruz.
Esta forma de gobierno habría de instaurarse en la Nueva España, a pesar de que en España estaba desapareciendo por la Guerra de las Comunidades generada por la llegada de Carlos V a Castilla.
Nos dice el historiador Silvio Zavala:
“El ayuntamiento es la institución representativa común en la colonización española, a pesar de ciertas tendencias oligárquicas y de las limitaciones que impone la realeza al vender los regimientos y al hacer pesar la autoridad de los gobernadores y corregidores sobre las elecciones y los acuerdos municipales; estos, sin embargo, constituyen el órgano principal de petición y defensa de los derechos de los vecinos; adquieren particular ascendiente en algunas poblaciones distantes de los focos centrales del gobierno real…; y, en la forma de cabildo abierto llegan a desempeñar funciones populares”.
Etimológicamente “municipio” proviene del latín municipium que hace referencia a la forma organizacional de una comunidad itálica mediante la cual sus miembros tomaban a su cargo ciertas tareas personales u obligaciones tributarias a favor de Roma que atañían a la vida comunitaria” refiere Jorge Fernández Ruiz en su magnífica obra denominada Servicios Públicos Municipales, a través de la cual nos recuerda que el origen del municipio está vinculado a la organización vecinal y que diferentes corrientes doctrinarias entre las que encontramos las iusnaturalistas o sociológicas, las jurídicas o formalistas y las administrativistas han pretendido explicar su surgimiento a partir de dichas perspectivas.
Lo que es un hecho es que el municipio estuvo presente desde las épocas más remotas de la humanidad, durante el Imperio Romano, en la Edad Media y en España. Pero fueron los romanos, precisamente los que le dieron nombre y autonomía, por lo que vale la pena destacar el texto de M. Reid en su obra The municipalities of the Roman Empire para apreciar la importancia que tuvo el municipio para alcanzar el esplendor del Imperio Romano:
“La primera lección que la historia municipal del Imperio Romano nos da, es esta: que la fuerza del poder romano aumentó incalculablemente gracias a la amplitud dejada a la libertad local; que su gran época se apoya en un vasto sistema de autogobierno cívico, que mientras se mantuvo la libertad municipal floreció el Imperio, y que cuando el despotismo domina las municipalidades, la decadencia de la gran estructura imperial se consuma rápida y fatalmente”.
En México, el desarrollo del municipio a partir de su primera expresión en 1519 ha estado presente en sus diferentes etapas: durante la Nueva España; en la Constitución centralista de 1836; en la Constitución de 1857 y en la Constitución de 1917 que dispuso en su texto original: “Los estados adoptarán para su régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo como base de su división territorial y de su organización política y administrativa, el municipio libre…”.
En 1999, legisladores del Partido del Trabajo, del Partido Acción Nacional, del Partido de la Revolución Democrática, y del Partido Revolucionario Institucional presentaron diversas iniciativas para modificar el artículo 115 constitucional para fortalecer al municipio ampliando sus facultades.
En su fracción I se definió que “cada Municipio será gobernado por un Ayuntamiento de elección popular directa, integrado por un Presidente Municipal y el número de regidores y síndicos que la ley determine”.
Hoy, el municipio es un ente plural, en el que todas las expresiones políticas, sociales y culturales tienen cabida.
Las diputadas y los diputados municipalistas integrantes de la LXII Legislatura pugnamos por su fortalecimiento y autonomía a través del trabajo legislativo que nos toca desempeñar, pues tenemos la certeza de que en la medida en que impulsemos su desarrollo, estaremos contribuyendo al crecimiento de México y al avance de nuestra democracia.
Por ello, al conmemorarse hoy el 495 aniversario de la constitución del primer municipio en México, quiero destacar la iniciativa presentada por diversos legisladores integrantes de las fuerzas políticas representadas en la Cámara de Diputados, para que el 22 de abril de cada año se conmemore el Día del Municipio.